
La pixelación de la TDT por el 5G no es un problema aislado, sino un síntoma que revela la salud y el coste a largo plazo de la infraestructura de telecomunicaciones de su edificio.
- La interferencia tiene una solución gratuita a través del servicio Llega700, pero no resuelve las carencias de la instalación.
- La elección entre amplificadores monocanal y una centralita programable durante la adaptación determinó la «deuda técnica» y los futuros costes de mantenimiento de la comunidad.
Recomendación: Realice una auditoría técnica del sistema de antena colectiva para entender su coste total de propiedad y planificar futuras adaptaciones sin costes imprevistos.
Como administrador de fincas o presidente de una comunidad, es muy probable que en los últimos tiempos haya recibido quejas de vecinos sobre la calidad de la señal de televisión. Canales que se pixelan, imagen que se congela o directamente desaparece, especialmente desde que se instaló una nueva antena de telefonía móvil 5G en las proximidades. Este es el efecto más visible del proceso conocido como Segundo Dividendo Digital, una reorganización del espectro radioeléctrico que ha tenido consecuencias directas y a menudo costosas para miles de comunidades en toda España.
La respuesta habitual se centra en la necesidad de «resintonizar» o «instalar un filtro». Sin embargo, esta visión es incompleta. La adaptación obligatoria de las antenas colectivas fue mucho más que un simple ajuste técnico; fue una prueba de fuego que expuso la antigüedad y las limitaciones de muchas instalaciones. La decisión que se tomó en su momento entre una solución económica a corto plazo y una inversión estratégica tiene hoy un impacto directo en los presupuestos de la comunidad, el consumo energético del edificio y la preparación para futuros cambios tecnológicos.
Este artículo no se limita a explicar el problema. Como instalador de telecomunicaciones, mi objetivo es proporcionarle una visión de 360 grados. Analizaremos por qué la elección entre amplificadores monocanal y centralitas programables no fue trivial, desglosaremos los costes ocultos que las subvenciones no cubrieron y le daremos las herramientas para gestionar su infraestructura de forma proactiva, evitando sorpresas en la señal y en las derramas. Porque entender el pasado es la única forma de gestionar el futuro de las telecomunicaciones en su comunidad.
Para aquellos que prefieren un resumen visual de la problemática inicial, el siguiente vídeo ofrece una explicación clara sobre las acciones que fueron necesarias para seguir viendo la televisión tras la liberación de la banda de 700 MHz.
Para abordar con claridad todas las vertientes de este proceso, hemos estructurado este análisis en varias secciones clave. Desde la solución técnica a las interferencias del 5G hasta las implicaciones legales y económicas de la gestión del espectro, este recorrido le proporcionará el conocimiento necesario para tomar decisiones informadas.
Sumario: Análisis completo del impacto del Segundo Dividendo Digital en edificios residenciales
- Por qué se pixela tu televisión desde que instalaron la antena 5G en frente
- Cómo tramitar la subvención del Gobierno para la adaptación de antenas sin errores
- Amplificadores monocanal vs centralitas programables: cuál instalar en un edificio antiguo
- El riesgo legal de montar una emisora FM sin licencia en el dial saturado
- Cada cuánto revisar el cableado coaxial de la comunidad para evitar pérdidas de señal
- Por qué liberar la banda de 700MHz costó millones a las comunidades de vecinos
- Por qué rechazan el 60% de las solicitudes técnicas en los concursos de radio
- Cómo solicitar una licencia de TDT local en España sin perderse en la burocracia de la CNMC
Por qué se pixela tu televisión desde que instalaron la antena 5G en frente
La razón por la que la imagen de su televisor se pixela o congela desde la activación de antenas 5G cercanas es una cuestión de «proximidad de frecuencias». El Segundo Dividendo Digital implicó liberar la banda de 700 MHz (entre 694 y 790 MHz), que antes usaba la Televisión Digital Terrestre (TDT), para cedérsela a los servicios de telefonía móvil 4G y 5G. El problema es que las antenas de TDT de los edificios, sobre todo las más antiguas, no son selectivas y están diseñadas para recibir todo lo que llega por el aire en un rango amplio de frecuencias. Cuando una potente señal 5G se emite en una frecuencia muy cercana a la de un canal de TDT, satura los amplificadores del sistema de antena colectiva, provocando lo que técnicamente se conoce como intermodulación.
Esta saturación «ciega» al amplificador, que es incapaz de procesar correctamente la señal débil de la TDT, resultando en la pérdida de calidad que los vecinos perciben como pixelación. La solución técnica es sencilla y, lo más importante, gratuita para las comunidades afectadas. Consiste en instalar un filtro específico (llamado filtro LTE/5G) a la salida de la antena. Este dispositivo actúa como una barrera, dejando pasar únicamente las frecuencias de la TDT (por debajo de 694 MHz) y bloqueando las potentes señales de telefonía móvil.
Para gestionar estas incidencias, el Gobierno habilitó el servicio oficial Llega700. Si su comunidad experimenta estos problemas, puede contactarles a través del teléfono gratuito 900 833 999. Un técnico acreditado se desplazará para instalar el filtro necesario sin coste alguno para la comunidad. Este filtro es la pieza clave para garantizar la convivencia pacífica entre la TDT y el 5G.

Como se aprecia en la imagen, el filtro es un componente metálico que se intercala en el sistema de cableado coaxial, justo después de la antena y antes de que la señal entre en la cabecera de amplificación. Su instalación es rápida y soluciona de raíz el problema de interferencia, restaurando la calidad de la señal de TDT en todo el edificio. Es fundamental no demorar la llamada a este servicio si se detectan los síntomas descritos.
Cómo tramitar la subvención del Gobierno para la adaptación de antenas sin errores
Aunque el plazo para solicitar las ayudas por la adaptación al Segundo Dividendo Digital finalizó el 30 de septiembre de 2020, es crucial para los administradores de fincas entender cómo funcionó el proceso. Esto permite justificar las actuaciones realizadas y comprender por qué algunas comunidades recibieron más o menos ayuda que otras. La gestión de estas subvenciones fue un proceso burocrático estricto donde cualquier error podía suponer el rechazo de la solicitud.
El Gobierno, a través de la entidad Red.es, estableció un plan de ayudas destinado a compensar el coste de la adaptación de las instalaciones de recepción de TDT en los edificios de viviendas. Las cuantías variaban significativamente según el tipo de infraestructura existente en la comunidad. La ayuda máxima iba desde 104,30 € para edificios con centralitas programables que solo requerían una reprogramación, hasta 677,95 € para aquellos con sistemas de amplificadores monocanal que necesitaban la instalación de varios módulos nuevos.
Para evitar el rechazo, era fundamental seguir un protocolo riguroso. Entre los errores más comunes que llevaron a la denegación de ayudas se encontraban:
- NIF incorrecto: La solicitud debía realizarse con el NIF de la comunidad de propietarios, no con el del presidente o el del administrador.
- Representación no válida: Solo el representante legal de la comunidad o una persona autorizada formalmente podía firmar la solicitud.
- Instalador no homologado: La empresa encargada de la adaptación debía estar inscrita obligatoriamente en el Registro de empresas instaladoras de telecomunicación, en las categorías ‘A’ o ‘F’.
- Facturas incompletas: Era imprescindible presentar una factura detallada que desglosara el coste del equipamiento y de la mano de obra por separado.
- Plazos incumplidos: Tanto la ejecución de los trabajos como la presentación de la solicitud debían haberse completado antes de la fecha límite.
Estos requisitos demuestran la importancia de contar con profesionales cualificados no solo para la parte técnica, sino también para la gestión administrativa. Un fallo en el papeleo podía dejar a una comunidad sin una ayuda económica a la que tenía derecho, un coste que finalmente debían asumir los vecinos.
Amplificadores monocanal vs centralitas programables: cuál instalar en un edificio antiguo
La decisión técnica más importante que una comunidad de vecinos tuvo que afrontar durante el Segundo Dividendo Digital fue la elección entre actualizar su sistema con amplificadores monocanal o invertir en una centralita programable. Esta elección, especialmente en edificios antiguos, no era solo una cuestión de coste inicial, sino una decisión estratégica con implicaciones a largo plazo en mantenimiento, consumo energético y capacidad de adaptación futura.
Los amplificadores monocanal son módulos individuales, cada uno diseñado para amplificar un único canal (o múltiple digital). La ventaja principal es un menor coste inicial si solo hay que cambiar unos pocos canales. Sin embargo, su gran desventaja es la rigidez. Cada vez que hay una reasignación de frecuencias, es necesario sustituir físicamente los módulos afectados, lo que implica un nuevo coste de material y mano de obra. En esencia, es una solución que genera «deuda técnica»: se ahorra hoy para gastar más mañana.
Por otro lado, una centralita programable es un equipo único y más avanzado que puede sintonizar y amplificar cualquier canal del espectro. Su coste inicial es mayor, pero su flexibilidad es total. Ante un futuro cambio de frecuencias, la adaptación no requiere cambiar hardware; basta con que un técnico la reprograme, un servicio mucho más rápido y económico. Representa una visión a largo plazo, enfocada en el Coste Total de Propiedad (TCO) y no solo en el desembolso inicial.
Para un edificio antiguo, con un cableado que puede no estar en óptimas condiciones, una centralita programable ofrece además un mejor tratamiento de la señal y un ajuste de niveles más preciso, lo que puede compensar posibles pérdidas en la red de distribución. La siguiente matriz resume los puntos clave para la toma de decisión.
| Criterio | Amplificador Monocanal | Centralita Programable |
|---|---|---|
| Coste inicial | Menor (300-500€) | Mayor (800-1500€) |
| Coste por cambio frecuencia | 150-300€/canal | 100€ (reprogramación) |
| Vida útil estimada | 15-20 años | 10-15 años |
| Consumo eléctrico | Mayor (5-10W/canal) | Menor (20-30W total) |
| Preparación futuro | Requiere hardware nuevo | Solo reprogramación |
| Mantenimiento | Por módulos | Integral |
El riesgo legal de montar una emisora FM sin licencia en el dial saturado
Al margen de la TDT, la gestión del espectro radioeléctrico también afecta a otros servicios, como la radiodifusión en Frecuencia Modulada (FM). En un dial cada vez más saturado y con la administración vigilando de cerca el uso de las frecuencias, la tentación de montar una «radio pirata» o emisora sin licencia conlleva riesgos legales y económicos desproporcionados. Muchos desconocen que emitir sin la correspondiente concesión administrativa no es una falta menor, sino una infracción grave.
La Ley 9/2014 General de Telecomunicaciones es tajante al respecto. La utilización del dominio público radioeléctrico sin disponer del título habilitante correspondiente está tipificada como una infracción muy grave. Las sanciones económicas son muy elevadas: según la normativa, las infracciones muy graves pueden superar los 500.000€, una cifra que puede llevar a la quiebra a cualquier particular o pequeña asociación.
Aparte de la multa, la Secretaría de Estado de Telecomunicaciones e Infraestructuras Digitales tiene la potestad de ordenar el cese inmediato de las emisiones y precintar los equipos. Ignorar esta orden puede acarrear consecuencias penales. Es un riesgo que, simplemente, no merece la pena correr, sobre todo cuando existen alternativas legales para quien desee tener presencia en las ondas.

Afortunadamente, la pasión por la radio no tiene por qué chocar con la legalidad. Existen vías perfectamente lícitas para comunicar y difundir contenidos:
- Crear un podcast o radio online: La opción más sencilla y económica. No utiliza el espectro radioeléctrico, por lo que no requiere licencia y su alcance puede ser global.
- Colaborar con emisoras locales: Muchas radios con licencia (comerciales, municipales o comunitarias) ofrecen espacios en su parrilla para programas de producción externa.
- Solicitar una licencia: Es el camino más complejo y costoso, ya que requiere esperar a que la Comunidad Autónoma convoque un concurso público de licencias de FM y presentar un proyecto muy sólido.
Cada cuánto revisar el cableado coaxial de la comunidad para evitar pérdidas de señal
Una vez adaptada la cabecera de amplificación, muchos problemas de señal persisten debido a un elemento a menudo olvidado: el cableado coaxial y los componentes de la red de distribución (derivadores, tomas de usuario). Un cableado antiguo o deteriorado puede actuar como un «colador», perdiendo gran parte de la señal que con tanto esmero hemos amplificado en la cabecera. Por ello, una gestión proactiva de la infraestructura de telecomunicaciones de un edificio pasa por un mantenimiento preventivo riguroso del cableado.
No se trata de cambiar todo el cableado por sistema, sino de realizar inspecciones periódicas para detectar puntos de fallo antes de que los vecinos empiecen a quejarse. La normativa sobre Infraestructuras Comunes de Telecomunicaciones (ICT-2), recogida en el Real Decreto 346/2011, establece un marco, pero la experiencia como instalador aconseja adaptar la frecuencia de las revisiones a la antigüedad y ubicación del edificio. Un calendario de mantenimiento preventivo eficaz es una inversión en la tranquilidad de la comunidad.
La degradación del cableado no solo provoca pérdidas de señal, sino que también puede ser una puerta de entrada para interferencias. Fisuras en el revestimiento exterior del cable permiten que entren señales no deseadas (ruido) que empobrecen la calidad de la TDT. Por tanto, la revisión no debe ser solo eléctrica, sino también visual y mecánica, asegurando la estanqueidad de todas las conexiones, especialmente en las zonas exteriores como tejados y fachadas.
Plan de acción para el mantenimiento del cableado coaxial:
- Instalaciones pre-ICT (anteriores a 1998): La recomendación es una revisión técnica completa cada 5 años. Estos cableados no estaban diseñados para las frecuencias actuales y son más propensos a la degradación.
- Instalaciones post-ICT (posteriores a 1998): La normativa sugiere una revisión cada 10 años, aunque es aconsejable acortar este plazo si se detectan problemas recurrentes de señal en algunas viviendas.
- Zonas costeras o industriales: En áreas con alta salinidad o contaminación, es crucial realizar una inspección visual anual de todos los conectores y cajas de distribución exteriores para prevenir la corrosión.
- Condiciones climáticas extremas: En regiones con veranos muy calurosos o inviernos helados, el PVC de los cables se degrada más rápido. Se recomienda una revisión del estado de las cubiertas cada 3 años.
- Test de pérdidas y continuidad: Independientemente de la antigüedad, se debe realizar una medición técnica de la atenuación y la calidad de la señal en varios puntos de la red cada 5 años o siempre que se realice una intervención en la cabecera.
Por qué liberar la banda de 700MHz costó millones a las comunidades de vecinos
El Segundo Dividendo Digital fue presentado como un avance tecnológico necesario para el despliegue del 5G, pero su ejecución tuvo un coste directo y muy tangible para las comunidades de propietarios de toda España. El proceso afectó a una cifra enorme de ciudadanos: se estima que la adaptación fue necesaria en unos 850.000 edificios, donde residen cerca de 21 millones de habitantes. Aunque el Gobierno implementó un plan de subvenciones, estas ayudas en muchos casos no cubrieron la totalidad de los costes, generando una derrama imprevista para millones de familias.
Uno de los principales «costes ocultos» fue el Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA). Las subvenciones se calculaban sobre la base imponible de la factura, lo que significa que el 21% de IVA correspondiente a la actuación corría íntegramente a cargo de la comunidad. En una intervención de 500 euros, por ejemplo, esto suponía más de 100 euros no subvencionados. Multiplicado por cientos de miles de edificios, la cifra total asumida por los ciudadanos asciende a varias decenas de millones de euros.
Además del IVA, existieron otros gastos no contemplados en las ayudas. Las subvenciones estaban limitadas a un número máximo de múltiples digitales por comunidad. En áreas como Madrid, donde fue necesario adaptar más canales de los que cubría la ayuda máxima, las comunidades tuvieron que asumir el coste de los amplificadores adicionales. A esto se suman otros factores:
- Costes de urgencia: Las comunidades que dejaron la adaptación para el último momento a menudo pagaron tarifas más altas debido a la alta demanda de instaladores.
- Reparaciones imprevistas: Al intervenir en la cabecera, no era raro encontrar otros elementos de la instalación (fuentes de alimentación, mezcladores, etc.) en mal estado, cuya sustitución no estaba cubierta por la subvención.
- Honorarios de gestión: Los honorarios del administrador de fincas por la tramitación de la subvención y la gestión de la derrama también supusieron un coste añadido para la comunidad.
En definitiva, la liberación de la banda de 700 MHz, aunque estratégica para el país, se financió en parte a través de los bolsillos de los propietarios, que tuvieron que hacer frente a una serie de gastos directos e indirectos que iban mucho más allá del simple coste del material subvencionado.
Por qué rechazan el 60% de las solicitudes técnicas en los concursos de radio
La obtención de una licencia para emitir por radio, ya sea FM o TDT, no es un trámite, sino un concurso público altamente competitivo donde la mayoría de las propuestas son rechazadas. Se estima que más del 60% de las solicitudes que se presentan a un concurso de licencias de radiodifusión son desestimadas en la fase de valoración técnica. Este alto índice de fracaso no se debe a la mala fe, sino a una serie de errores recurrentes que demuestran una falta de rigor en la preparación de los proyectos.
La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) y las autoridades audiovisuales autonómicas no solo valoran la pluralidad o el interés del contenido propuesto. Buscan lo que en el sector se conoce como el «triángulo de hierro»: una coherencia absoluta y demostrable entre tres pilares fundamentales: el proyecto técnico, el plan de negocio y el contenido programático. El fallo en uno solo de estos vértices invalida toda la candidatura.
Un proyecto puede proponer una programación excelente, pero si su estudio de cobertura técnica es irreal o si su plan de financiación no está respaldado por garantías sólidas, será rechazado. La administración busca proyectos sostenibles a largo plazo, no aventuras bienintencionadas. Entre los errores técnicos más fatales que se cometen se encuentran:
- Cálculos de cobertura erróneos: Utilizar modelos de propagación genéricos que no se ajustan a la orografía específica de la zona o que no respetan las limitaciones de potencia establecidas en el Plan Técnico Nacional.
- Emplazamiento inviable: Proponer un centro emisor en una ubicación sin acceso a la red eléctrica, sin un contrato de alquiler del terreno firmado o en una zona con protección medioambiental.
- Financiación poco realista: Presentar un plan de negocio basado en previsiones de ingresos publicitarios desorbitadas y sin aportar avales bancarios que garanticen la inversión inicial.
- Falta de coherencia: Describir en el proyecto técnico un sistema radiante de gran potencia para una emisora que, en su plan de contenidos, se define como «hiperlocal».
- Ausencia de un profesional cualificado: El error más grave es no contar desde el inicio con un ingeniero de telecomunicaciones colegiado con experiencia demostrada en proyectos de radiodifusión. Su firma y su aval técnico son imprescindibles.
La alta tasa de rechazo subraya que aspirar a una licencia es un proceso que exige la máxima profesionalidad y una inversión inicial significativa solo para poder competir con garantías.
Puntos clave a recordar
- Las interferencias del 5G en la TDT son un problema técnico con solución gratuita (filtro Llega700), pero a menudo destapan la obsolescencia de la instalación general.
- La elección entre amplificadores monocanal (baratos a corto plazo) y centralitas programables (inversión a futuro) durante el Dividendo Digital define los costes de mantenimiento de la comunidad para la próxima década.
- Un mantenimiento proactivo del cableado coaxial, basado en la antigüedad y ubicación del edificio, es más económico que solucionar averías y quejas de vecinos de forma reactiva.
Cómo solicitar una licencia de TDT local en España sin perderse en la burocracia de la CNMC
Conseguir una licencia para operar un canal de Televisión Digital Terrestre (TDT) a nivel local en España es uno de los procedimientos administrativos más complejos y exigentes del sector de las telecomunicaciones. No es un camino para improvisadores; requiere una planificación meticulosa, una inversión económica considerable y el asesoramiento de expertos desde el primer día. El proceso está diseñado para filtrar y seleccionar únicamente los proyectos más solventes y profesionales.
El primer paso, incluso antes de que se convoque un concurso, es estar preparado. Los concursos para licencias de TDT local los convocan las Comunidades Autónomas, y pueden pasar años entre una convocatoria y la siguiente. Cuando se abren, el plazo para presentar la documentación es corto, por lo que todo el trabajo debe estar hecho de antemano. La inversión necesaria solo para preparar una candidatura competitiva es significativa, ya que se estima que el coste para presentar una candidatura competitiva se sitúa entre 150.000€ y 300.000€, incluyendo la elaboración de proyectos, tasas y avales.
La hoja de ruta para cualquier aspirante es larga y llena de requisitos ineludibles. Aquí se detalla un resumen de los pasos obligatorios:
- Constitución de una sociedad: Es necesario operar a través de una Sociedad Limitada (S.L.) o Anónima (S.A.) con un capital social mínimo que suele rondar los 60.000€.
- Consulta del Plan Técnico Nacional: Se debe verificar qué demarcaciones (áreas geográficas) tienen licencias disponibles según el plan técnico vigente.
- Elaboración del Proyecto Técnico: Un ingeniero de telecomunicaciones colegiado debe diseñar toda la infraestructura de emisión, justificando la cobertura, la potencia, la ubicación del centro emisor y el cumplimiento de toda la normativa.
- Preparación de un aval bancario: Se exige un aval que garantice un porcentaje de la inversión prevista, como prueba de solvencia económica.
- Desarrollo del Plan de Programación: Es necesario detallar una parrilla de contenidos que cumpla con mínimos de producción propia (normalmente, al menos 4 horas diarias) y que aporte al pluralismo informativo de la zona.
- Justificación de la Viabilidad Económica: Se debe presentar un plan de negocio a cinco años, con estudios de mercado, previsiones de ingresos y gastos, que demuestre la sostenibilidad del proyecto.
Superar este laberinto burocrático es imposible sin un equipo multidisciplinar que incluya ingenieros, abogados y expertos en contenido audiovisual. Es un maratón, no un sprint, donde la planificación y el rigor son las únicas garantías de poder llegar a la meta.
La gestión de la infraestructura de telecomunicaciones de una comunidad ha dejado de ser una tarea meramente técnica para convertirse en una labor estratégica. Desde resolver una simple pixelación hasta comprender las implicaciones económicas de una decisión de hardware, todo requiere una visión informada y profesional. Para asegurar que su edificio está preparado para el presente y el futuro, el siguiente paso lógico es realizar una auditoría completa de su instalación de TDT. Evalúe el estado de su cabecera, su cableado y su «deuda técnica» para tomar el control de sus telecomunicaciones.