
La configuración de fábrica de su televisor es el principal enemigo de la experiencia cinematográfica, no su aliado.
- La fidelidad visual exige desactivar procesamientos agresivos (reducción de ruido, suavizado de movimiento) que inventan información y alteran la textura original del film.
- El sonido envolvente inmersivo no se simula con algoritmos, sino que se reconstruye con una disposición física de altavoces que respeta la mezcla de objetos concebida en el estudio.
Recomendación: La calibración profesional no busca una imagen o sonido «bonitos», sino una reproducción exacta. El objetivo es restaurar la obra original, no embellecerla artificialmente.
Adquirir un televisor de última generación y una barra de sonido avanzada es solo el primer paso, y a menudo, el más engañoso. La promesa de una experiencia cinematográfica en casa se ve sistemáticamente traicionada por una verdad incómoda: los ajustes que vienen por defecto en estos dispositivos están diseñados para destacar en la fluorescente iluminación de una tienda, no para reproducir fielmente una película en la penumbra de su salón. Estos presets saturan colores, fuerzan un brillo irreal e inventan fotogramas para crear una fluidez artificial que destruye la cadencia y textura del cine, un efecto conocido como «soap opera effect».
El camino habitual del aficionado consiste en activar el «modo Cine» y dar el trabajo por concluido. Sin embargo, para un cinéfilo exigente o un calibrador, esto es apenas el punto de partida. La verdadera misión no es simplemente seleccionar un perfil, sino emprender un proceso de restauración artística. Se trata de desmantelar activamente las capas de procesamiento innecesario que el fabricante ha interpuesto entre la obra y el espectador. El objetivo no es subjetivo, no se busca «lo que se ve mejor», sino la precisión quirúrgica: replicar en casa, con la máxima fidelidad posible, la imagen y el sonido que el director y su equipo aprobaron en la sala de etalonaje y mezcla.
Este enfoque cambia la perspectiva por completo. No estamos configurando un electrodoméstico, estamos calibrando un instrumento de precisión. Cada ajuste desactivado, desde la reducción de ruido hasta la mejora de contraste dinámico, es un paso para eliminar el «fantasma en la máquina» y acercarse a la pureza de la señal original. Este es el único camino para experimentar el HDR no como un simple extra de brillo, sino como una herramienta para expandir el rango dinámico de la narrativa visual, y el Dolby Atmos no como un efecto efectista, sino como un lienzo tridimensional donde cada objeto sonoro tiene una posición y una trayectoria deliberadas.
Este artículo desglosa los principios técnicos y las decisiones críticas para lograr esa fidelidad. Exploraremos las batallas tecnológicas, los errores comunes y las metodologías correctas para transformar su salón no en un cine, sino en una extensión de la sala de postproducción del director.
Para guiarle en este proceso de calibración y optimización, hemos estructurado este análisis en varias etapas clave. A continuación, encontrará el desglose de los temas que abordaremos para asegurar que cada componente de su sistema audiovisual funcione en perfecta armonía con la intención artística original.
Sumario: La guía definitiva para una experiencia cinematográfica fiel en casa
- Dolby Vision vs HDR10+: qué formato ganará la guerra de los televisores premium
- Cómo cambia la forma de mezclar sonido cuando pasas de canales a objetos en Atmos
- Barra de sonido virtual vs Altavoces reales en el techo: dónde está el límite del marketing
- El error de configuración en tu TV nueva que arruina la estética cinematográfica
- Cuándo emitir un concierto en audio binaural para auriculares
- Por qué la compresión de vídeo excesiva está arruinando la experiencia de tus espectadores
- Cómo exponer para Log C sin generar ruido en las sombras en postproducción
- Broadcasting tradicional vs IP: qué infraestructura elegir para maximizar el alcance local
Dolby Vision vs HDR10+: qué formato ganará la guerra de los televisores premium
La batalla por el estándar HDR dominante en el mercado premium se libra entre dos tecnologías que comparten una misma filosofía: el uso de metadatos dinámicos. A diferencia del estándar base HDR10, que aplica un mapeo de tonos fijo para toda la película, Dolby Vision y HDR10+ ajustan la luminosidad, el contraste y el color escena a escena, o incluso fotograma a fotograma. Esto permite una representación mucho más precisa de la intención del director, especialmente en secuencias con grandes variaciones de luz, como una escena nocturna interrumpida por una explosión. La diferencia entre ambos formatos radica en la implementación técnica y el modelo de negocio.

Dolby Vision es un formato propietario que requiere una licencia y un chip específico en el dispositivo, lo que garantiza un control de calidad estricto pero eleva el coste. Técnicamente, es superior sobre el papel, soportando una profundidad de color de 12 bits y un brillo teórico de hasta 10.000 nits. Por otro lado, HDR10+, impulsado por Samsung, es un estándar abierto y libre de royalties, lo que facilita su adopción. Opera a 10 bits de profundidad y su brillo máximo teórico es de 4.000 nits. En la práctica, con los paneles actuales, la diferencia visual puede ser sutil para el ojo no entrenado, pero la mayor información de color de Dolby Vision ofrece gradientes más suaves y previene el «banding» en cielos o superficies uniformes.
El mercado español ha sido tradicionalmente un bastión de Dolby Vision, con plataformas como Netflix, Disney+ y Apple TV+ adoptándolo como su formato premium. Sin embargo, el ecosistema está cambiando. Amazon Prime Video fue el principal valedor de HDR10+, y la reciente noticia de que Netflix anunció oficialmente soporte para HDR10+ a partir de marzo de 2025 equilibra la balanza. La «guerra» parece estar derivando hacia una coexistencia, donde los televisores de gama alta optan por ser compatibles con ambos formatos para no dejar a ningún espectador fuera.
Para entender mejor las diferencias técnicas fundamentales, la siguiente tabla resume sus capacidades, según el análisis comparativo de ADSLZone.
| Característica | Dolby Vision | HDR10+ |
|---|---|---|
| Brillo máximo | Hasta 10.000 nits | Hasta 4.000 nits |
| Profundidad de bits | 12 bits | 10 bits |
| Metadatos | Dinámicos | Dinámicos |
| Plataformas España | Netflix, Disney+, Apple TV+ | Amazon Prime, Netflix (2025) |
Cómo cambia la forma de mezclar sonido cuando pasas de canales a objetos en Atmos
La transición del sonido envolvente tradicional (5.1, 7.1) a Dolby Atmos representa un cambio de paradigma fundamental en la ingeniería de sonido, comparable al salto de la pintura bidimensional a la escultura. El método anterior se basaba en «canales»: el ingeniero mezclaba el sonido y lo asignaba a un altavoz específico (frontal izquierdo, surround trasero derecho, etc.). La experiencia del espectador estaba, por tanto, rígidamente atada a la configuración de altavoces para la que se había diseñado la mezcla. Si el cine tenía una disposición 7.1 y su casa una 5.1, la información de los canales extra se perdía o se remapeaba de forma subóptima.
Dolby Atmos abandona este concepto en favor de los «objetos de audio». Una mezcla en Atmos sigue conteniendo una «cama» de sonido base en 7.1, pero añade hasta 118 objetos sonoros adicionales que se pueden mover libremente en un espacio tridimensional. El ingeniero de sonido ya no piensa en «enviar este helicóptero al altavoz trasero izquierdo», sino que define el objeto «helicóptero» y traza su trayectoria exacta en el espacio 3D de la escena: «comienza fuera de la pantalla a la derecha, vuela sobre la cabeza del espectador y aterriza a la izquierda».
Aquí reside la genialidad del sistema. No es la mezcla la que está atada a los altavoces, sino el procesador de su receptor AV o barra de sonido el que interpreta en tiempo real la posición de ese objeto y utiliza la configuración de altavoces disponible para recrearlo. Según detalla Xataka Home, el sistema Dolby Atmos puede manejar hasta 128 pistas de audio simultáneas. Durante la postproducción, el mezclador decide qué elementos (un disparo, un diálogo susurrado, un vehículo) serán objetos dinámicos. El procesador digital (DSP) de su equipo elige al instante por qué altavoces (ya sean 5 o 9) se reproducirá cada objeto y con qué volumen para posicionarlo de forma precisa en el espacio virtual. Esto garantiza que la intención del ingeniero se traduzca de la forma más fiel posible, independientemente de la cantidad de altavoces del usuario final. El foco pasa de «qué altavoz suena» a «dónde está el sonido en el espacio».
Barra de sonido virtual vs Altavoces reales en el techo: dónde está el límite del marketing
La promesa del «Dolby Atmos en una sola caja» es el argumento de venta más potente en el mercado de las barras de sonido de gama alta. Estas barras utilizan una combinación de procesado digital de señal (DSP) y altavoces orientados hacia arriba (up-firing) para simular el sonido proveniente del techo. El principio se basa en la psicoacústica: el sonido rebota en el techo y llega al espectador desde arriba, engañando al cerebro para que perciba una fuente de sonido elevada. Sin embargo, la efectividad de esta técnica está sujeta a una serie de variables físicas incontrolables que el marketing a menudo ignora.
La altura del techo, su material (un techo de yeso liso no refleja igual que uno de madera con vigas o uno de hormigón típico en la construcción española), y la posición del espectador son factores críticos. Una barra de sonido virtual puede funcionar razonablemente bien en una habitación perfectamente simétrica con un techo plano a una altura estándar, pero su rendimiento se degrada drásticamente en salones con techos abovedados, inclinados o de materiales absorbentes. En estos casos, la simulación se rompe y el sonido de altura se percibe simplemente como una capa más de sonido frontal.

Por el contrario, un sistema con altavoces discretos instalados en el techo (o altavoces de altura montados en la pared) ofrece un control absoluto y una precisión que ninguna simulación puede igualar. El sonido emana de un punto físico real, tal y como fue concebido en la mezcla. La inversión en instalación es mayor, pero el resultado es una cúpula de sonido coherente y estable. Como recuerda un análisis de Xataka Home, aunque se puede empezar con una configuración 5.1.2, un sistema Atmos completo puede llegar a soportar hasta 24 altavoces en el suelo y 10 altavoces elevados para una inmersión total.
Estudio de caso: El límite superior de las barras de sonido con el Samsung Q990C
Samsung, con su sistema Q990C Q-Symphony, representa la cúspide de la tecnología de virtualización. Este conjunto incluye 22 altavoces repartidos entre la barra principal, un subwoofer y dos satélites traseros. Combina altavoces frontales, laterales y superiores para crear un campo sonoro lo más envolvente posible sin una instalación en el techo. Sin embargo, incluso este sistema de más de 1.000€ sigue dependiendo de las reflexiones en la sala, situándose como el límite máximo de lo que el marketing y la tecnología pueden ofrecer antes de dar el salto a un sistema de componentes discretos, que siempre será la opción purista y de mayor fidelidad.
El error de configuración en tu TV nueva que arruina la estética cinematográfica
El error más grave y extendido que comete el 99% de los usuarios al estrenar un televisor es confiar en sus ajustes de fábrica. Los modos «Estándar» o «Vívido» están diseñados con un único propósito: destacar en la pared de una tienda. Para ello, activan una batería de procesamientos que, en un entorno doméstico controlado, son el enemigo directo de la intención del director. El más dañino es el suavizado de movimiento (conocido como «Motion Interpolation», «TruMotion», «Auto Motion Plus», etc.), que inventa fotogramas intermedios para hacer que el movimiento parezca más fluido. Esto destruye la cadencia de 24 fotogramas por segundo propia del cine, resultando en el infame «efecto telenovela» que convierte una obra cinematográfica en un vídeo casero.
Junto a él, la reducción de ruido digital (DNR) es otro culpable. Aunque útil para fuentes de baja calidad como la TDT antigua, aplicado a una señal 4K nítida de Blu-ray o streaming de alta calidad, lo único que consigue es eliminar el grano fino de la película, una textura que es parte integral de la estética visual pretendida por el director de fotografía. Desactivar estos «mejoradores» no es una cuestión de gusto, es un acto de restauración. El objetivo es ver la imagen que se grabó, no la que el procesador de la TV decide inventar.
La correcta calibración implica seleccionar el modo de imagen más preciso (generalmente «Cine», «Película» o «Filmmaker Mode») como punto de partida, ya que este suele desactivar la mayoría de procesamientos agresivos y apunta a los estándares de color de la industria (Rec.709 para SDR, DCI-P3 para HDR). A partir de ahí, es crucial verificar que cualquier opción de movimiento, reducción de ruido o mejora de contraste dinámico esté completamente desactivada. Además, para que la señal HDR llegue intacta, es fundamental activar la opción «HDMI Enhanced» o «Deep Color» para el puerto HDMI específico que se esté utilizando. Un detalle técnico crucial, como señala SilverPC Blog, es que para aprovechar al máximo las consolas de nueva generación (PS5, Xbox Series X), el uso de HDMI 2.1 es fundamental para 4K@120Hz, VRR (Variable Refresh Rate) y ALLM (Auto Low Latency Mode).
Plan de acción para una calibración fiel: los ajustes esenciales
- Seleccionar modo «Cine» o «Película» para una base de color precisa (Rec.709/DCI-P3).
- Desactivar completamente cualquier ajuste de «Suavizado de Movimiento» o «Interpolación» para preservar la cadencia de 24p.
- Desactivar las opciones de «Reducción de Ruido» (MPEG y Digital) para contenido 4K, conservando el grano fílmico.
- Activar la opción «HDMI Enhanced/Deep Color» en los ajustes del puerto HDMI que se esté usando con fuentes 4K/HDR.
- Verificar que todos los ajustes de «Contraste Dinámico», «Mejora de Bordes» y «Color Dinámico» estén desactivados.
Cuándo emitir un concierto en audio binaural para auriculares
El audio binaural no es una tecnología nueva, pero ha encontrado un renacimiento en la era del streaming y el consumo de contenido personal. A diferencia de Dolby Atmos para altavoces, que busca crear un campo sonoro compartido en una habitación, el audio binaural está diseñado para una única persona: el oyente con auriculares. Utiliza técnicas de grabación con micrófonos especiales (o procesado digital) que capturan las sutiles diferencias de tiempo, timbre y nivel que el sonido tiene al llegar a cada uno de nuestros oídos. El resultado es una recreación tridimensional y extraordinariamente realista del espacio sonoro original, pero exclusivamente a través de dos canales (estéreo).
Esta naturaleza íntima y precisa lo convierte en el formato ideal para ciertos tipos de contenido, especialmente los conciertos. Emitir un concierto en directo o grabado en audio binaural permite al espectador sentirse transportado al centro del evento. Puede percibir la posición exacta de cada músico en el escenario, la reverberación de la sala o el clamor del público a su alrededor con una inmersión que un estéreo convencional no puede ni soñar. Es la herramienta perfecta para una experiencia de escucha activa y solitaria, donde el objetivo es la máxima inmersión personal.
Dolby Atmos tiene su propia versión para auriculares, que es esencialmente una renderización binaural de una mezcla de objetos Atmos. Esto permite disfrutar de la espacialidad de una película en cualquier auricular estéreo. Sin embargo, algunas compañías han llevado el concepto más allá.
Estudio de caso: El Audio Espacial de Apple como experiencia binaural mejorada
Apple ha apostado fuerte por el audio inmersivo, integrando en Logic Pro herramientas completas para mezclar en Dolby Atmos. Su plataforma, Apple Music, es una de las principales vitrinas para música en este formato. Pero su innovación clave, como destaca el portal Cutoff Pro Audio, es el «Audio Espacial» con seguimiento dinámico de la cabeza, disponible en los AirPods Pro y Max. Al usar los acelerómetros y giroscopios de los auriculares, el sistema ancla el sonido al dispositivo (un iPhone o un iPad). Si el usuario gira la cabeza hacia la izquierda, el sonido se desplaza hacia su oído derecho, como si la orquesta estuviera fija en el escenario frente a él. Esta capa extra de interactividad crea una experiencia binaural mejorada, especialmente convincente para conciertos y eventos en vivo, difuminando la línea entre la escucha y la presencia física.
Por qué la compresión de vídeo excesiva está arruinando la experiencia de tus espectadores
El mayor enemigo de la calidad de imagen en la era del streaming no es la resolución, sino la compresión. Una película en Blu-ray 4K puede ocupar entre 50 y 100 GB, con un bitrate (tasa de datos) que puede superar los 100 Mbps en picos. Para que esa misma película llegue a su casa a través de internet, los servicios de streaming deben reducir drásticamente su tamaño. El bitrate de una película 4K en Netflix o Disney+ rara vez supera los 25 Mbps. Esta reducción se logra mediante algoritmos de compresión (como H.265/HEVC) que eliminan información visual que consideran «menos perceptible».
El problema es que esta «pérdida» de datos se manifiesta de formas muy visibles para un ojo entrenado, degradando la intención del director. Las escenas oscuras y con poco detalle son las más afectadas, mostrando el temido «banding» (artefactos en forma de bandas en gradientes suaves, como un cielo al atardecer) y «macroblocking» (bloques de píxeles visibles en zonas de sombra). El grano fílmico, una elección estética deliberada, a menudo es confundido por el compresor con ruido y es eliminado o convertido en un amasijo de artefactos digitales. Las escenas de acción rápida también sufren, perdiendo detalle y nitidez.
No todas las plataformas comprimen igual. La elección del servicio y, crucialmente, del plan de suscripción, tiene un impacto directo en el bitrate y, por tanto, en la calidad final. Apple TV+ es conocida en la comunidad de cinéfilos por ofrecer uno de los bitrates más altos del mercado, resultando en una imagen más limpia y fiel. Netflix reserva su mejor calidad para el plan Premium. Optar por planes más económicos implica una compresión aún más agresiva, haciendo que la promesa del 4K y el HDR sea meramente nominal.
La siguiente tabla, basada en el análisis de mercado para 2025 de Tecnobits sobre los servicios de streaming, ofrece una visión general de la calidad ofertada en España, un factor determinante para el calibrador que busca la máxima fidelidad.
| Plataforma | Calidad máxima | HDR/Audio | Precio mensual |
|---|---|---|---|
| Netflix Premium | 4K Ultra HD | HDR10, Dolby Vision, Atmos | 19,99€ |
| Disney+ | 4K | HDR, Dolby Atmos | Precio único |
| Amazon Prime | 4K UHD | HDR, Dolby Atmos selectivo | 4,99€ |
| Apple TV+ | 4K | Dolby Vision, Atmos en todos | 9,99€ |
| Max/HBO | 4K | Dolby Vision solo plan Premium | Variable |
Cómo exponer para Log C sin generar ruido en las sombras en postproducción
Este es un terreno altamente técnico, reservado para quienes no solo consumen contenido, sino que también lo crean o lo calibran a nivel profesional. La grabación en un perfil logarítmico (Log) como el Log C de ARRI es una práctica estándar en la cinematografía digital. Un perfil Log comprime el enorme rango dinámico del sensor en una señal de vídeo con una curva de gamma muy plana, resultando en una imagen de bajo contraste y desaturada que retiene la máxima información en las luces altas y las sombras. Esto otorga una flexibilidad inmensa en la fase de etalonaje (corrección de color).
Sin embargo, una exposición incorrecta en Log puede ser desastrosa. El error más común es subexponer la imagen confiando en «levantar» las sombras en postproducción. Los perfiles Log asignan una cantidad desproporcionadamente pequeña de datos a las zonas más oscuras de la imagen. Al intentar recuperar esas sombras, lo que se «levanta» no es detalle, sino ruido digital, que se hace visible y extremadamente difícil de eliminar sin degradar la imagen. La regla de oro en la exposición Log es «Expose to the Right» (ETTR), o exponer a la derecha del histograma. Consiste en sobreexponer la imagen deliberadamente, llevando la exposición tan a la derecha como sea posible sin llegar a quemar («clippear») las luces altas. Esto sitúa la información crucial de los tonos de piel y las sombras en la parte más «rica» y limpia del sensor, minimizando el ruido.
Este proceso es aún más crítico al trabajar para una entrega en HDR. Plataformas como YouTube tienen procesos automáticos para manejar contenido HDR, pero son implacables con material mal etalonado.
No uses la herramienta de metadatos de HDR de YouTube si no conoces el proceso de etalonaje. El etalonaje debe hacerse en Rec. 2020 con PQ o HLG. Los resultados no serán satisfactorios con DCI-P3.
– YouTube Support, Guía oficial para subir vídeos HDR
Estudio de caso: El proceso de conversión HDR en YouTube
Cuando un vídeo se sube con los metadatos HDR correctos, YouTube crea automáticamente versiones transcodificadas en HDR para dispositivos compatibles y, crucialmente, una conversión a SDR para el resto de usuarios. Si el vídeo original fue etalonado incorrectamente (por ejemplo, usando un espacio de color incorrecto como DCI-P3 en lugar de Rec. 2020), la conversión automática de YouTube puede producir colores completamente distorsionados y un contraste errático. Por ello, es imperativo que el etalonador trabaje desde una fuente Log correctamente expuesta y utilice las funciones de transferencia HDR adecuadas (PQ o HLG) para garantizar que la intención artística se preserve en todas las versiones que la plataforma genere.
Puntos clave a recordar
- Fidelidad sobre artificio: El objetivo de la calibración no es crear una imagen «mejorada», sino desactivar procesamientos para reproducir con exactitud la señal original del estudio.
- La física prevalece: El sonido posicional de Dolby Atmos se recrea de forma óptima con altavoces físicos discretos; las soluciones virtuales son un compromiso cuya eficacia depende enteramente de la sala.
- El bitrate es el rey: La calidad de la fuente es el factor limitante. Un mayor bitrate en el servicio de streaming se traduce directamente en menos artefactos de compresión y una imagen más fiel.
Broadcasting tradicional vs IP: qué infraestructura elegir para maximizar el alcance local
La forma en que consumimos contenido ha pivotado masivamente hacia la entrega por IP (Protocolo de Internet), es decir, el streaming. Esta infraestructura ofrece una flexibilidad sin precedentes, pero introduce una variable que el broadcasting tradicional (satélite, cable, TDT) no tenía: la inconsistencia del ancho de banda. En un sistema de broadcasting, el flujo de datos es constante y garantizado. Si un canal emite en 4K, esa calidad llega íntegra al receptor. En el streaming, la calidad que recibe el espectador es un «acuerdo» dinámico entre el servidor de la plataforma y la conexión a internet del usuario.
Para un purista de la imagen y el sonido, esto es un punto crítico. Una conexión a internet lenta o inestable obligará a la plataforma a reducir el bitrate en tiempo real, resultando en una caída de la resolución, artefactos de compresión o «buffering». El broadcasting tradicional, aunque menos flexible, ofrece una calidad de servicio (QoS) predecible y robusta. Para eventos en directo de máxima importancia, como finales deportivas o grandes acontecimientos, sigue siendo el método de entrega más fiable.
Además, la infraestructura local del usuario se ha convertido en una pieza clave del puzzle. No basta con tener un televisor 4K; el dispositivo que ejecuta la aplicación de streaming debe ser compatible. Por ejemplo, Sony confirma en sus especificaciones técnicas que la reproducción de YouTube en 4K en sus televisores solo es posible a través de la aplicación nativa, no desde el navegador web integrado. Esto demuestra que el hardware y el software del cliente final son un posible cuello de botella. Para acceder a contenido 4K con sonido 5.1 en plataformas como YouTube, es necesario que el dispositivo específico (ya sea un televisor de 2021 o posterior, Chromecast, Apple TV, o consolas como PS5 y Xbox Series X) sea explícitamente compatible, según la propia guía de requisitos de Google.
La elección entre broadcasting e IP, desde la perspectiva del creador, depende del objetivo: el broadcasting maximiza la fiabilidad y un alcance uniforme, mientras que el streaming por IP ofrece un alcance global y análisis de datos detallados, a costa de una calidad de experiencia variable. Para el espectador exigente, la lección es clara: una infraestructura de red doméstica sólida y un hardware de reproducción moderno son tan importantes como el propio televisor para garantizar que la calidad prometida por el servicio IP se materialice en la pantalla.
Ahora que ha asimilado los principios de una calibración fiel y la importancia de cada eslabón en la cadena audiovisual, el siguiente paso es aplicar este conocimiento de forma sistemática. La búsqueda de la perfección es un proceso continuo que empieza por tomar el control de su propio equipo.
Preguntas frecuentes sobre HDR y Dolby Atmos en casa
¿Necesito altavoces especiales para Dolby Atmos?
Aunque Dolby acepta una configuración mínima de 5.1.2 (5 altavoces surround, 1 subwoofer, 2 de altura), para una experiencia estándar y certificada como 7.1.4, necesitará un total de 12 altavoces. Esto incluye los 7 altavoces a nivel del oído, el subwoofer y 4 altavoces dedicados para la altura, ya sean instalados en el techo o modelos específicos que proyectan el sonido hacia arriba.
¿Puedo disfrutar Atmos con auriculares normales?
Sí, es posible experimentar una versión de Dolby Atmos con cualquier auricular estéreo. Esto se logra a través de una renderización binaural de la mezcla Atmos, que simula el espacio tridimensional. Sin embargo, la experiencia espacial más completa y con seguimiento de movimiento requiere auriculares con sensores específicos, como los AirPods Pro de Apple, que adaptan el sonido a los movimientos de su cabeza.
¿Qué plataformas ofrecen música en Atmos?
Varias de las principales plataformas de streaming de música han incorporado catálogos en Dolby Atmos. Entre ellas destacan Tidal, Amazon Music HD y Apple Music. Generalmente, el acceso a esta calidad de audio inmersiva requiere una suscripción a los planes premium o de alta fidelidad de dichos servicios.