
La clave de una estrategia transmedia rentable no es crear más contenido, sino diseñar un flujo de producción centralizado que alimente todas las plataformas desde el origen.
- Los flujos de trabajo tradicionales donde edición crea clips *después* de la emisión son el principal cuello de botella y fuente de sobrecostes.
- Publicar contenido íntegro en plataformas como YouTube sin una estrategia de ventanas canibaliza la audiencia del directo, el activo más valioso.
Recomendación: Audite su workflow actual para identificar duplicidades y migrar hacia un modelo «In-the-Moment» donde el contenido se etiqueta y recorta en tiempo real.
Su equipo de edición está desbordado. La promesa de conectar con la audiencia en Instagram, TikTok y YouTube se ha convertido en una pesadilla logística: horas extra, clips que llegan tarde y una sensación constante de ir a remolque. El consejo habitual de «crear contenido nativo para cada red social» ignora la realidad operativa de un medio de comunicación: los presupuestos no son infinitos y los equipos ya están al límite. Se habla mucho de transmedia y crossmedia, pero a menudo se confunde el objetivo (expandir la narrativa) con el método (simplemente publicar en más sitios). El resultado es una duplicación de esfuerzos que agota los recursos sin un retorno de la inversión claro.
Pero, ¿y si el enfoque estuviera equivocado desde el principio? ¿Y si la solución no fuera añadir más capas de producción, sino rediseñar el núcleo? La verdadera revolución transmedia no consiste en trabajar más, sino en trabajar de forma más inteligente. Se trata de abandonar el modelo secuencial «emisión primero, redes después» para adoptar un ecosistema de producción único y centralizado. Un sistema donde cada pieza de contenido, desde una entrevista de radio hasta una gala en directo, se concibe y se captura pensando en su distribución multiformato desde el segundo cero. Esto no solo optimiza los costes, sino que transforma al equipo de un generador de clips reactivo a un motor de contenido estratégico.
Este artículo no es una lista de ideas genéricas. Es una guía estratégica para directores de contenido y responsables de innovación que buscan implementar una distribución simultánea eficiente. Analizaremos las arquitecturas técnicas, los flujos de trabajo operativos y las tácticas de programación que permiten a los grandes grupos mediáticos españoles maximizar su impacto sin multiplicar su presupuesto. Veremos cómo transformar un problema de costes en una ventaja competitiva.
Para abordar este desafío de manera estructurada, exploraremos los pilares técnicos, estratégicos y creativos que sustentan un ecosistema transmedia eficiente. El siguiente sumario detalla el recorrido que haremos, desde la optimización de los flujos de trabajo hasta la capitalización de la conversación en tiempo real.
Sumario: Guía para una estrategia transmedia rentable y sinérgica
- Por qué tu equipo de edición se colapsa al generar clips para Instagram y TikTok
- Codificadores hardware vs software: cuál elegir para un streaming 24/7 estable
- Cómo reciclar una entrevista de radio en 5 formatos de vídeo diferentes
- El error de publicar todo en YouTube que mata tu audiencia en directo
- Cuándo lanzar el contenido extra en redes respecto a la emisión en lineal para maximizar el buzz
- Por qué tu estrategia de redes puede arruinar la experiencia de quien ve la serie en diferido
- Por qué el estudio de radio ahora debe parecer un plató de televisión
- Twitter como segunda pantalla: cómo capitalizar la conversación social durante la emisión en directo
Por qué tu equipo de edición se colapsa al generar clips para Instagram y TikTok
El principal punto de fricción en una estrategia transmedia es el workflow de postproducción. El modelo tradicional, donde un equipo de edición recibe el material «en bruto» tras la emisión para empezar a cortar clips, es insostenible. Este enfoque secuencial crea un cuello de botella monumental que provoca retrasos, aumenta los costes de personal y, lo que es peor, publica el contenido cuando el pico de la conversación social ya ha pasado. El equipo se ve forzado a una carrera contra el reloj, buscando manualmente los momentos clave en horas de metraje, una tarea repetitiva y altamente ineficiente. La presión por la inmediatez de plataformas como TikTok e Instagram choca frontalmente con una estructura de trabajo anclada en el siglo XX.
La solución pasa por desmantelar este silo y adoptar un flujo de trabajo «In-the-Moment». En lugar de esperar al final, el contenido se procesa en tiempo real. Mientras la entrevista o el programa se está emitiendo (o incluso grabando), un equipo dedicado ya está etiquetando momentos clave (un chiste, una declaración polémica, un dato impactante) directamente sobre el timeline del videoservidor. Estos marcadores permiten a los editores de redes sociales localizar y exportar clips de 30 segundos en cuestión de minutos, no de horas.

Este cambio no es solo conceptual, es tecnológico y organizativo. Requiere un sistema de gestión de activos multimedia (MAM) centralizado y accesible para múltiples roles simultáneamente. Programas españoles como ‘El Hormiguero’ han perfeccionado este arte, convirtiendo la creación de TikToks con sus invitados en parte del ritual previo al directo, asegurando que el contenido está listo para explotar en el momento exacto en que la conversación online empieza a calentarse.
Plan de acción: Implementar un workflow «In-the-Moment»
- Configurar estaciones de trabajo con acceso directo al videoservidor central, permitiendo que hasta 120 redactores accedan simultáneamente a las imágenes.
- Implementar sistemas MAM con capacidad de archivo automatizado y librería robotizada para emisión automática.
- Establecer un workflow de doble resolución: baja resolución para redactores y etiquetadores (hasta 350 puestos), y alta resolución para los editores finales (8-10 estaciones).
- Integrar software de gestión de ingesta y búsqueda, como ‘Invenio’, con bases de datos que permitan la recuperación instantánea de material por metadatos.
- Crear roles específicos de «etiquetadores en tiempo real» (loggers) que marquen los momentos clave durante la grabación o emisión en directo para su posterior recorte inmediato.
Implementar este sistema requiere una inversión inicial en infraestructura y formación, pero el retorno es inmenso: se reduce drásticamente el tiempo de producción de clips, se maximiza la relevancia del contenido al publicarlo en el pico de interés y se libera al equipo de edición para tareas de mayor valor añadido. La eficiencia no es un lujo, es una condición de supervivencia.
Codificadores hardware vs software: cuál elegir para un streaming 24/7 estable
Una vez que el contenido está listo para ser distribuido, la estabilidad de la emisión es el siguiente factor crítico. De nada sirve tener el mejor contenido si la señal se cae constantemente. La elección del codificador, el dispositivo o programa que comprime el vídeo para su transmisión por internet, es una decisión estratégica que impacta directamente en la fiabilidad y los costes operativos. No existe una respuesta única; la elección depende del escenario de uso, el presupuesto y el personal técnico disponible. La clave es entender el trade-off entre coste, flexibilidad y fiabilidad.
Los codificadores hardware (como los de Teradek o LiveU) son dispositivos dedicados diseñados para una única tarea: codificar vídeo con la máxima estabilidad. Son la opción predilecta para entornos de misión crítica como la emisión 24/7 de un canal de televisión o la cobertura de eventos de alto perfil. Su principal ventaja es la fiabilidad, con un uptime que roza el 99.9%. Sin embargo, su coste inicial es elevado y ofrecen menos flexibilidad para añadir gráficos complejos o cambiar de formato sobre la marcha.
Por otro lado, los codificadores software (como OBS Studio o vMix) se ejecutan en un ordenador potente. Su gran baza es la flexibilidad y el bajo coste inicial. Permiten una personalización casi infinita con escenas, gráficos y transiciones, lo que los hace ideales para canales de nicho, podcasts visuales o producciones con un presupuesto más ajustado. La contrapartida es una menor fiabilidad intrínseca; dependen del sistema operativo del ordenador y son más susceptibles a cuelgues o problemas de rendimiento, situando su uptime en torno al 95% sin configuraciones de redundancia. Para un mercado como el español, donde según el Estudio General de Medios 2024, Internet tiene una penetración del 88,9%, garantizar una experiencia de streaming impecable es fundamental para captar y retener a la audiencia.
| Tipo | Escenario | Coste inicial | Fiabilidad | Personal técnico |
|---|---|---|---|---|
| Hardware (Teradek/LiveU) | TV Autonómica (TV3, ETB) | 15.000-30.000€ | 99.9% uptime | 1 técnico dedicado |
| Software (OBS/vMix) | Canal Twitch nicho | 2.000-5.000€ | 95% uptime | Operador multitarea |
| Híbrido | Premios Goya/LaLiga | 20.000-40.000€ | 99.99% con redundancia | Equipo 3-5 personas |
La tendencia en grandes producciones, como la gala de los Goya o las retransmisiones de LaLiga, es un enfoque híbrido: utilizar codificadores hardware para la señal principal (máxima fiabilidad) y software para las señales secundarias, gráficos o streams a redes sociales (máxima flexibilidad). Esta estrategia combina lo mejor de ambos mundos, garantizando la robustez de la emisión principal mientras se mantiene la agilidad para las plataformas digitales.
Cómo reciclar una entrevista de radio en 5 formatos de vídeo diferentes
El mantra de la eficiencia transmedia es «crear una vez, distribuir en todas partes». Una entrevista de 30 minutos en un programa de radio no es una sola pieza de contenido; es la materia prima para una docena de microcontenidos adaptados a cada plataforma. Pensar en el reciclaje de contenido desde la fase de preproducción es lo que diferencia a los equipos eficientes de los que se ahogan en trabajo. El objetivo es maximizar el valor de cada minuto de grabación, transformando un activo de audio en un abanico de productos visuales que pueden vivir durante días o semanas en el ecosistema digital.
Incluso si el origen es puramente sonoro, la clave está en el tratamiento visual que se le da a posteriori. Una simple entrevista puede descomponerse en múltiples formatos para atacar diferentes plataformas y algoritmos. Por ejemplo, una cita impactante se puede convertir en un «quote-video» para LinkedIn, mientras que el momento más divertido o polémico se transforma en un Reel de 15 segundos para Instagram. La entrevista completa, por su parte, encuentra su hogar en YouTube, pero no de cualquier manera: debe estar indexada con capítulos (timestamps) para facilitar la navegación y mejorar su SEO en la plataforma.
Estudio de caso: La estrategia de contenido de RTVE Play
RTVE ha demostrado una gran comprensión de este principio con sus plataformas RTVE Play y Playz. No se limitan a ser un simple repositorio de lo emitido en televisión. Ofrecen una experiencia enriquecida que incluye contenidos adicionales, material de archivo histórico relacionado con la actualidad y, de forma crucial, producciones exclusivas como webseries. Esta estrategia transforma una plataforma de «catch-up TV» en un destino de contenido por derecho propio, utilizando el material original como punto de partida para expandir el universo narrativo y retener a la audiencia mucho después de la emisión lineal.
La atomización del contenido permite exprimir cada euro invertido en la producción original. A continuación, se detallan cinco formatos de vídeo concretos que se pueden generar a partir de una única entrevista de audio:
- Formato 1: Quote-Video para LinkedIn/Twitter: Extraer la cita más potente (15-45 segundos), y presentarla con texto animado de gran tamaño y subtítulos quemados, sobre un fondo con la imagen del invitado.
- Formato 2: Carrusel de «lecciones aprendidas» para Instagram: Sintetizar de 5 a 10 ideas clave de la entrevista y presentarlas como un carrusel de imágenes o vídeos cortos, cada uno con una idea principal.
- Formato 3: Short/Reel con el «gancho»: Identificar el momento de 15-30 segundos más sorprendente, emocional o divertido y publicarlo en formato 9:16, optimizado para el consumo rápido en TikTok y Reels.
- Formato 4: Vídeo completo con capítulos en YouTube: Subir la entrevista completa, pero añadiendo valor con una descripción detallada, etiquetas relevantes y, fundamentalmente, timestamps que dividan la conversación en temas para que el usuario pueda ir directamente a lo que le interesa.
- Formato 5: Audiograma animado para Stories: Crear un vídeo corto que muestre la onda de audio animada, la foto del invitado y una transcripción en tiempo real. Es un formato visualmente atractivo y de bajo coste de producción, ideal para Instagram o Facebook Stories.
El error de publicar todo en YouTube que mata tu audiencia en directo
Uno de los errores más comunes y dañinos en una estrategia transmedia es la canibalización de la audiencia. Ocurre cuando la disponibilidad inmediata del contenido completo en una plataforma bajo demanda (VOD) como YouTube desincentiva a la audiencia a verlo en directo. Si los espectadores saben que podrán ver la gala, el capítulo de la serie o el programa completo al día siguiente, sin anuncios y pudiendo saltar las partes que no les interesan, ¿qué motivo tienen para sintonizar la emisión lineal? Este enfoque, aparentemente generoso con el usuario, en realidad socava el modelo de negocio de la televisión tradicional, que depende de las audiencias en directo para la publicidad y el patrocinio.
La solución no es abandonar YouTube, sino implementar una estrategia de ventanas de distribución inteligente. Esto implica tratar cada plataforma como una ventana con un propósito y un timing específicos. La emisión en directo es la «ventana cero», el evento premium que genera urgencia y conversación social. Las plataformas digitales deben servir para amplificar ese momento, no para sustituirlo. En lugar de publicar el programa completo de inmediato, se deben ofrecer aperitivos: los mejores momentos, entrevistas en backstage, avances del próximo episodio. El contenido completo puede publicarse, pero con un retardo estratégico (24h, 48h, o incluso una semana después) para proteger el valor de la emisión en directo.

Esta estrategia crea una sensación de FOMO (Fear Of Missing Out). Los espectadores más fieles querrán verlo en directo para ser parte de la conversación en tiempo real y evitar spoilers. El resto de la audiencia consumirá los clips en redes sociales, lo que generará aún más expectación para la emisión en directo del siguiente episodio o programa.
Estudio de caso: La estrategia de ventanas de Operación Triunfo 2017
OT2017 es el ejemplo paradigmático en España de cómo una estrategia transmedia bien ejecutada puede revitalizar un formato. El canal 24 horas en YouTube no mostraba las galas, sino la vida en la academia, creando una narrativa paralela. Las redes sociales se llenaban de clips cortos, ensayos y momentos divertidos, pero la gala completa solo estaba disponible en directo en La 1. Esta estrategia generó un impacto masivo, especialmente entre los jóvenes. Las galas alcanzaron un 19% de audiencia, pero la final se disparó a un impresionante 30,8% del share, con más de la mitad de la audiencia siendo juvenil, demostrando que se puede dominar el entorno digital precisamente para fortalecer la emisión lineal.
Cuándo lanzar el contenido extra en redes respecto a la emisión en lineal para maximizar el buzz
La sincronización es todo. No basta con crear buen contenido para redes sociales; hay que lanzarlo en el momento preciso para que actúe como un catalizador y no como un simple eco. La pregunta clave que todo director de contenidos debe hacerse es: ¿este contenido debe publicarse antes, durante o después de la emisión en directo? La respuesta define si estamos generando expectación, enriqueciendo la experiencia en tiempo real o prolongando la conversación. Cada ventana de tiempo tiene un objetivo estratégico distinto y requiere un tipo de contenido específico.
Antes de la emisión: el objetivo es crear anticipación. Aquí funcionan los teasers, las cuentas atrás, las entrevistas cortas con los protagonistas anunciando qué va a pasar, o encuestas que impliquen a la audiencia en el evento que está por venir. Se trata de calentar motores y asegurarse de que el programa está en el «top of mind» del espectador justo antes de que comience.
Durante la emisión: es el momento de la segunda pantalla. El contenido aquí no debe distraer de la emisión principal, sino complementarla. Funcionan bien los datos curiosos, las estadísticas en tiempo real, los GIFs de reacciones, las preguntas del tipo «¿Qué harías tú?» y, sobre todo, la curación y amplificación de los mejores comentarios de la audiencia. El objetivo es hacer que el espectador se sienta parte de una experiencia colectiva.
Después de la emisión: el foco está en retener a la audiencia y prolongar la conversación. Es el momento de publicar los «mejores momentos» en clips, análisis post-programa, o contenido que abra la puerta al siguiente episodio. Con una penetración de la televisión del 81,6% en España, que impacta a 34,3 millones de personas al día, el momento de la emisión lineal sigue siendo el epicentro gravitacional de la conversación, y la estrategia en redes debe orbitar en torno a él.
Estudio de caso: La campaña de las campanadas de Estrella Galicia
Estrella Galicia ejecutó una campaña magistral que ilustra el poder de la sincronización. La acción comenzó en directo en televisión con un «robo» simulado durante las campanadas de fin de año, un momento de máxima audiencia. Inmediatamente, la narrativa saltó a las plataformas digitales, incluyendo WhatsApp, donde se desplegó una historia inmersiva por fases. La audiencia tenía que participar activamente, tanto online como offline (buscando pistas en las etiquetas de las cervezas), para resolver el misterio. La campaña no solo generó un buzz masivo, sino que demostró cómo usar el prime time televisivo como un espectacular pistoletazo de salida para una experiencia transmedia que se prolongó durante semanas.
Por qué tu estrategia de redes puede arruinar la experiencia de quien ve la serie en diferido
En la era del consumo bajo demanda, no toda la audiencia ve el contenido en directo. Una parte significativa de los espectadores utiliza las plataformas de «catch-up» o graba los programas para verlos más tarde, a su propio ritmo. Una estrategia de redes sociales agresiva y centrada exclusivamente en el directo puede ser contraproducente y alienar a este segmento de la audiencia. El mayor pecado capital es el spoiler. Publicar un clip con el giro de guion más importante, revelar al ganador de un concurso o mostrar la escena final de un capítulo en las redes sociales oficiales del programa es una falta de respeto a quienes no han podido verlo en directo.
Este error no solo genera frustración y enfado, sino que rompe la confianza del espectador con la marca. Si un usuario sabe que las cuentas oficiales de su serie favorita son una fuente constante de spoilers, su reacción natural será dejar de seguirlas o silenciarlas, perdiendo así un valioso canal de comunicación y fidelización. La gestión de spoilers debe ser una prioridad absoluta para cualquier community manager que trabaje para un medio de comunicación. Es necesario establecer un protocolo anti-spoilers claro que equilibre la necesidad de generar conversación en directo con el respeto a la experiencia del espectador en diferido.
Este protocolo debe incluir directrices claras sobre qué se puede publicar y cuándo. Por ejemplo, se pueden utilizar etiquetas visuales de advertencia, evitar spoilers en los textos de las publicaciones y en las miniaturas de los vídeos, y centrar el contenido en avances que generen intriga sin revelar la trama. Algunas producciones incluso optan por crear cuentas secundarias «libres de spoilers» dedicadas exclusivamente a contenido atemporal, como making-of o entrevistas.
Estudio de caso: La gestión transmedia de ‘El Ministerio del Tiempo’
‘El Ministerio del Tiempo’ es un ejemplo brillante de cómo expandir un universo narrativo sin arruinar la trama principal. La serie se extendió a novelas, cómics, experiencias de realidad virtual y juegos de mesa. Crearon un grupo de WhatsApp exclusivo para un número limitado de fans con contenido en primicia, una Wiki gestionada por la comunidad para elaborar teorías y un programa web llamado ‘La Puerta del Tiempo’. Ninguno de estos elementos revelaba giros clave de los episodios antes de tiempo; en su lugar, enriquecían el mundo, profundizaban en los personajes secundarios y ofrecían un espacio para que la comunidad interactuara y especulara, respetando siempre la experiencia individual de visionado de cada espectador.
Un protocolo efectivo debe ser una guía práctica para el día a día. Por ejemplo, se pueden establecer reglas como no publicar el giro de guion hasta 24 horas después de la emisión, o usar siempre la palabra [SPOILER] en mayúsculas al inicio de un tuit que contenga información sensible. Se trata de empatía con la audiencia y de una visión a largo plazo de la relación con la comunidad.
Por qué el estudio de radio ahora debe parecer un plató de televisión
La línea que separa la radio del contenido audiovisual es cada vez más difusa. En un mundo dominado por plataformas de vídeo, un programa de radio que no tiene una estrategia visual está perdiendo una parte masiva de la audiencia potencial. Ya no basta con tener un buen contenido sonoro; hay que ser «visible». Plataformas como YouTube, Twitch e Instagram han redefinido las expectativas del público. Los oyentes no solo quieren escuchar, también quieren ver las reacciones, el lenguaje no verbal de los presentadores y la interacción con los invitados. Un estudio de radio moderno ya no puede ser un espacio puramente funcional y acústico; debe ser concebido desde el principio como un pequeño plató de televisión.
Este cambio de paradigma tiene implicaciones directas en el diseño y el equipamiento del estudio. La iluminación, las cámaras y el fondo se convierten en elementos tan importantes como los micrófonos y la mesa de mezclas. No se trata de realizar una producción televisiva de alto coste, sino de integrar elementos visuales de calidad de forma eficiente. El objetivo es poder generar contenido de vídeo atractivo con el mínimo esfuerzo adicional durante la grabación del programa de audio. Por ejemplo, tener varias cámaras permite cambiar de plano y dar dinamismo, mientras que una buena iluminación LED profesional asegura una imagen de calidad sin generar calor ni ruido.

La razón de esta transformación es puramente estratégica. Según datos recientes, YouTube es la página web más visitada en España, con 30.3 millones de visitantes únicos mensuales. Ignorar esta plataforma es dejar fuera a una audiencia gigantesca. Grabar la emisión de radio en vídeo permite publicar la entrevista completa en YouTube, generar clips para redes sociales y crear un archivo visual que tiene mucho más valor y recorrido que un simple archivo de audio.
Adaptar un estudio de radio para la producción visual no requiere un presupuesto desorbitado, pero sí una planificación inteligente. Estos son los elementos clave a considerar:
- Iluminación LED profesional: Con temperatura de color ajustable (entre 3200K y 5600K) para crear un ambiente cálido o frío según el tono del programa.
- Mínimo 2-3 cámaras: Idealmente cámaras mirrorless con salida HDMI «limpia» (sin información en pantalla) para conectarlas a un switcher.
- Switcher de vídeo por software: Programas como OBS Studio permiten realizar la mezcla de cámaras en tiempo real, añadir gráficos y emitir en streaming con un coste muy bajo.
- Diseño del fondo: El decorado debe ser atractivo y estar pensado para funcionar tanto en formato horizontal (16:9 para YouTube) como en recortes verticales (9:16 para Reels/TikTok).
- Identidad de marca: La mesa, los colores y la decoración deben reforzar la identidad visual del programa y ser reconocibles al instante.
Puntos clave a recordar
- La eficiencia transmedia no se logra añadiendo tareas, sino rediseñando el flujo de producción para que sea centralizado y en tiempo real.
- Una estrategia de ventanas de distribución es vital: proteja la exclusividad de la emisión en directo para generar urgencia y evitar la canibalización de la audiencia.
- Piense en el reciclaje desde la preproducción: cada pieza de contenido principal es la materia prima para múltiples microformatos adaptados a cada plataforma.
Twitter como segunda pantalla: cómo capitalizar la conversación social durante la emisión en directo
El fenómeno de la «segunda pantalla» ha transformado por completo la experiencia de ver televisión. Los espectadores ya no son sujetos pasivos; comentan, critican, celebran y comparten sus opiniones en tiempo real, principalmente en plataformas como Twitter (ahora X). Para un medio de comunicación, esta conversación no es ruido de fondo, es una oportunidad estratégica de oro. Capitalizar la conversación social durante la emisión en directo permite medir el pulso de la audiencia, amplificar el alcance del programa y crear una comunidad engagé en torno al contenido.
Ignorar esta conversación es como emitir en el vacío. Las productoras más avispadas utilizan los datos de la televisión social para tomar decisiones en tiempo real: si un personaje o trama está generando una reacción muy positiva, pueden decidir darle más protagonismo; si un presentador está siendo muy criticado, pueden modular su participación. El hashtag oficial del programa no es solo una herramienta de marketing, es un focus group masivo y en directo. La clave está en escuchar activamente y participar en la conversación, no solo en lanzar mensajes unidireccionales. Retuitear los comentarios más ingeniosos de la audiencia o lanzar encuestas relacionadas con lo que está ocurriendo en pantalla hace que el espectador se sienta escuchado y parte del show.
Estudio de caso: Gran Hermano, el rey de la televisión social en España
Gran Hermano fue el pionero y el máximo exponente de la televisión social en España. Un estudio sobre el tema reveló que, en 2013, la edición ‘Gran Hermano Catorce’ fue el programa más comentado del país, con una media de 241.134 comentarios y 82.402 espectadores sociales por cada gala. Estos datos no eran solo una métrica de vanidad; la productora los utilizaba activamente para influir en el contenido del programa, potenciar a ciertos concursantes o incluso ajustar la escaleta en directo para maximizar la cuota de pantalla, demostrando un dominio absoluto de la retroalimentación en tiempo real.
Este comportamiento es masivo. Un estudio sobre el uso de redes en España reveló que el 61% de los usuarios de Twitter lo utilizan mientras ven la televisión, haciéndolo en un 94% de los casos desde su smartphone. Esto confirma que la segunda pantalla no es un comportamiento de nicho, sino una práctica mayoritaria. Una estrategia transmedia completa debe, por tanto, tener un plan específico para el directo, con un community manager dedicado a monitorizar el hashtag, interactuar con la audiencia y alimentar la conversación con contenido exclusivo de ese preciso instante.
Para poner en marcha una estrategia transmedia verdaderamente eficiente, el primer paso es realizar una auditoría interna de sus flujos de trabajo actuales. Identifique las duplicidades, mida los tiempos de producción de los clips y evalúe si su tecnología actual permite una colaboración en tiempo real. Este diagnóstico es la base para diseñar un ecosistema de contenido unificado y rentable.