Publicado el mayo 15, 2024

Contra la creencia popular, la contraprogramación ya no es una estrategia defensiva, sino un arma de ataque quirúrgico para explotar las debilidades de la competencia.

  • La curación humana de una parrilla permite crear eventos y nichos que los algoritmos de las plataformas de streaming no pueden replicar.
  • El directo y la capitalización de grandes eventos siguen siendo el principal bastión de la televisión lineal, generando picos de audiencia inalcanzables para el VOD.

Recomendación: Deje de reaccionar a la competencia y empiece a diseñar una parrilla que funcione como una trampa, anticipando y explotando los puntos ciegos de sus rivales.

Para un jefe de programación, cada día es una batalla en una guerra de trincheras por la atención del espectador. El mando a distancia es el arma, y cada punto de share es un territorio conquistado o perdido. En este escenario, la contraprogramación se presenta a menudo como un manual de tácticas predecibles: si el rival emite fútbol, nosotros ponemos cine familiar; si programan un drama, ofrecemos una comedia ligera. Son los movimientos básicos, las jugadas que todo el mundo espera y que, en el fragmentado ecosistema mediático actual, ya no garantizan la victoria.

El campo de batalla ha cambiado. La competencia ya no es solo el canal de al lado, sino también el catálogo infinito de Netflix, la viralidad de TikTok y la lealtad a un streamer de Twitch. Repetir las viejas fórmulas es como llevar una bayoneta a un combate con drones. Sin embargo, esto no significa que la estrategia esté muerta. Al contrario. La clave ya no reside en ofrecer simplemente una alternativa, sino en ejecutar una guerra de guerrillas televisiva: identificar las «franjas de oportunidad», explotar las debilidades estructurales de los gigantes y utilizar la astucia de la curación humana como arma secreta contra la tiranía del algoritmo.

Este artículo no es un manual de defensa, sino un libro de jugadas de ataque. Analizaremos tácticas específicas, desde cómo capitalizar la herencia de audiencia de un partido de fútbol hasta cómo ganar la batalla del access prime time con un presupuesto ajustado. Es hora de dejar de pensar en la contraprogramación como una reacción y empezar a verla como lo que realmente es: el arte de robar audiencia a plena vista.

Para desglosar estas estrategias de combate, hemos estructurado este análisis en varias áreas clave. A continuación, encontrará un índice de las tácticas y escenarios que exploraremos para convertir cada franja horaria en una oportunidad de victoria.

Por qué colocar tu mejor serie después del fútbol es vital para su estreno

El fútbol no es solo un programa, es un fenómeno de agregación masiva. Emitir un partido importante es como abrir una presa: se libera un torrente de audiencia que, una vez finalizado el evento, busca un nuevo cauce. La estrategia más perezosa es colocar un contenido de relleno, asumiendo que el espectador cambiará de canal. La estrategia del depredador, sin embargo, es la capitalización del evento: tener preparada una red para atrapar a esa audiencia desorientada y dirigirla hacia un producto estratégico, como el estreno de una nueva serie.

Los datos son abrumadores. Por ejemplo, el análisis de las audiencias de 2024 revela que hasta 14 millones de espectadores siguieron el post-partido de la final de la Eurocopa. Este caudal de atención es un activo de valor incalculable. Lanzar el piloto de tu gran apuesta de ficción en ese preciso instante no es una opción, es una obligación táctica. Se aprovecha la inercia del espectador, que a menudo mantiene el canal por defecto, y se le expone a un contenido que de otra manera quizá no descubriría. El objetivo no es solo heredar la audiencia, sino secuestrarla.

Esta táctica de «lead-out» agresivo minimiza el coste de promoción del nuevo formato. La audiencia ya está ahí, sentada en el sofá. El desafío es que el primer acto de la serie sea lo suficientemente potente como para enganchar a un espectador que no la ha buscado activamente. Si se logra, habrás conseguido el mejor muestreo de producto posible con una inversión promocional mínima. Fallar en este movimiento es dejar que millones de espectadores potenciales se evaporen hacia la competencia o, peor aún, hacia el menú de una plataforma de streaming.

Cómo ganar la batalla del Access Prime Time con bajo presupuesto frente a los gigantes

El access prime time es la franja más sangrienta de la parrilla. Gigantes como ‘El Hormiguero’ o ‘First Dates’ parecen invencibles, con producciones millonarias y una base de fans consolidada. Intentar competir con sus mismas armas —grandes invitados, platós espectaculares— es un suicidio financiero para un canal con recursos limitados. La solución es, por tanto, la guerra de guerrillas televisiva: no atacar de frente, sino por los flancos, con armas que los gigantes no pueden o no quieren usar.

A pesar de la narrativa apocalíptica, la televisión lineal sigue viva y coleando. De hecho, según datos de Kantar Media, un 93,2% de los españoles vio televisión lineal cada mes en 2023. El público está ahí, pero busca algo diferente. La clave es la hiperlocalización y el contenido de servicio. Un programa de access centrado en noticias locales, entrevistas con personajes de la comunidad o consejos de consumo que afectan directamente al bolsillo del espectador crea una conexión que un formato nacional no puede igualar. Es el antídoto contra la globalización del contenido.

Estudio de televisión regional con presentador local grabando programa en directo

Esta estrategia convierte una aparente debilidad (bajo presupuesto) en una fortaleza (agilidad y cercanía). Mientras los grandes formatos necesitan planificar con semanas de antelación, un programa local puede reaccionar a la actualidad del día, generando una sensación de inmediatez y relevancia que fideliza a un nicho de audiencia muy valioso. La batalla no se gana con más fuegos artificiales, sino con más autenticidad.

Plan de acción para dominar el access con ingenio

  1. Incorporar influencers locales: Utilizarlos como presentadores o colaboradores para atraer su base de seguidores a la televisión tradicional.
  2. Diseñar segmentos «virales»: Crear piezas de 3-5 minutos optimizadas para ser recortadas y compartidas masivamente en redes sociales, funcionando como promoción orgánica.
  3. Crear contenido hiperlocal: Ofrecer información y personajes que los gigantes nacionales no pueden replicar, generando un fuerte sentimiento de pertenencia.
  4. Utilizar el «Access de Servicio Público»: Desarrollar contenido útil sobre economía doméstica, derechos del consumidor o empleo que responda a preocupaciones reales.
  5. Establecer colaboraciones con creadores digitales: Plantear crossovers de audiencias con youtubers o tiktokers locales para rejuvenecer el target del canal.

Rerun vs Contenido fresco: qué funciona mejor en la franja de late night

El late night es un territorio de hábitos. El espectador que llega a esta franja no busca grandes sorpresas, sino una compañía familiar antes de dormir. Aquí, la batalla entre la reposición (rerun) y el contenido original es puramente estratégica y financiera. Un contenido fresco puede atraer a un público específico, pero su coste es elevado. Una reposición bien elegida, en cambio, ofrece un rendimiento de audiencia estable con un coste marginal cercano a cero. La clave está en no tratar el rerun como contenido de segunda, sino como un activo estratégico.

Estrategias clásicas como el stripping (programar el mismo producto, como una serie mítica, a la misma hora cada día) son extremadamente eficaces en el late night para crear una cita diaria con el espectador. La nostalgia es un motor poderoso, y revisitar series como ‘Friends’ o ‘La que se avecina’ proporciona una sensación de confort que el contenido nuevo raramente consigue de inmediato. No obstante, la competencia puede intentar romper esta rutina. Como explican los expertos, ahí es donde entran tácticas más agresivas. La contraprogramación puede ser un arma de desestabilización pura, tal y como se define en el argot del sector.

El stunting se produce cuando lo que una cadena busca es desestabilizar a la competencia por completo. Es literalmente cambiar la programación con muy poca antelación, en el mismo día.

– Análisis de expertos en programación, Diccionario Teléfilo sobre contraprogramación

En este contexto, una parrilla inteligente puede combinar lo mejor de ambos mundos. Por ejemplo, emitir reruns de una serie popular durante la semana y culminar el viernes con un «special» o un maratón temático que se promociona como un evento. Esto convierte el contenido antiguo en una experiencia renovada.

El siguiente cuadro, basado en un análisis comparativo de estrategias de programación, resume cómo estas tácticas se aplican específicamente al late night.

Estrategias de Programación para el Late Night
Estrategia Descripción Aplicación en Late Night
Stripping Programar mismo producto a la misma hora cada día Series clásicas diarias para fidelización
Reruns estratégicos Reposiciones de bajo coste en verano Series míticas con eventos interactivos
Warehousing Comprar derechos sin espacio inmediato en parrilla Contenido de reserva para late night
Special Programas de larga duración Maratones nocturnos de series populares

El riesgo de programar cine antiguo en festivos sin revisar la competencia en plataformas

Programar un clásico del cine como ‘Ben-Hur’ en Semana Santa o ‘Solo en casa’ en Navidad es un pilar de la televisión tradicional. Es un ritual que apela a la nostalgia y a la congregación familiar. Sin embargo, en la era del streaming, este movimiento se ha convertido en una jugada de alto riesgo. El programador que confía ciegamente en la nostalgia ignora que ahora compite contra un enemigo con un arsenal infinito: el catálogo bajo demanda. ¿Por qué esperar a las 15:30 para ver una película con anuncios si puedes verla al instante en Netflix, Prime Video o Disney+?

La contraprogramación ya no es un juego exclusivo de la TDT; se ha trasladado con una virulencia aún mayor al entorno del streaming, donde los datos y la flexibilidad permiten ataques instantáneos. La tiranía del algoritmo ha sido desafiada por la astucia de los programadores de las plataformas, que ahora piensan como estrategas de la televisión lineal.

Estudio de caso: La guerra del streaming (‘La Casa del Dragón’ vs. ‘El Señor de los Anillos’)

El enfrentamiento entre ‘La Casa del Dragón’ (HBO) y ‘Los Anillos de Poder’ (Prime Video) es un ejemplo paradigmático. Según un análisis de esta «guerra» en el streaming, Prime Video tomó una decisión de contraprogramación clásica al estrenar sus dos primeros episodios a la vez. El objetivo era claro: compensar el hecho de que HBO se había adelantado en el calendario y crear un evento de lanzamiento más contundente para capturar la conversación social desde el primer fin de semana. Fue una jugada de manual de la TV lineal aplicada al mundo digital.

Para la televisión en abierto, esto significa que programar cine de catálogo ya no es suficiente. Es necesario crear un evento alrededor de la emisión. Esto puede incluir pases remasterizados, especiales previos con curiosidades del rodaje, o interacción en redes sociales durante la emisión. La película deja de ser el producto para convertirse en el centro de una experiencia colectiva que las plataformas, por su naturaleza individualista, no pueden ofrecer. Ignorar esta realidad es ceder la audiencia de los festivos sin oponer resistencia.

Cuándo empezar a testar nuevos formatos en verano para la temporada alta

El verano en televisión es tradicionalmente una temporada de bajo consumo y, por tanto, de menor presión. Esto no lo convierte en un desierto de audiencia, sino en un laboratorio de bajo riesgo. Para un estratega de programación, el periodo estival es la «pretemporada» ideal para testar nuevos formatos, presentadores y dinámicas que podrían convertirse en los pilares de la parrilla de otoño. Lanzar un formato completamente nuevo en septiembre, en plena batalla por la audiencia, es un riesgo enorme. Probarlo en julio o agosto permite recopilar datos, ajustar el tono y medir la reacción del público sin la amenaza de un fracaso catastrófico.

Existen varias técnicas para convertir el verano en un campo de pruebas eficaz. Una de las más inteligentes es el uso de las desconexiones territoriales. Cadenas como RTVE o A3Media pueden emitir un piloto en una única comunidad autónoma para obtener un feedback real y localizado antes de decidir si dar el salto a la emisión nacional. Otra táctica es el ‘checkerboarding’, programando productos diferentes pero dirigidos al mismo target en el mismo horario para ver cuál funciona mejor.

Vista macro de elementos de producción televisiva y planificación de parrilla

Además, el verano es el momento perfecto para probar nuevas caras. Un presentador novel puede foguearse con menor presión mediática, permitiendo a la cadena evaluar su química con la audiencia. Si el formato o el presentador no funcionan, el impacto negativo es mínimo y la lección aprendida es muy valiosa. Si, por el contrario, se convierte en un éxito inesperado, la cadena tiene en sus manos una sorpresa para la temporada alta. El verano, por tanto, no es para descansar, sino para sembrar.

Por qué el «efecto arrastre» del informativo ya no garantiza el éxito del programa posterior

Durante décadas, tener el informativo líder era como poseer un pozo de petróleo en el prime time. El «efecto arrastre» o «lead-in» garantizaba una herencia de audiencia masiva para el programa que se emitía a continuación. Hoy, ese pozo se está secando. Si bien los informativos siguen siendo uno de los pilares de la TDT —con datos como los de Barlovento Comunicación que confirman que ‘Antena 3 Noticias’ puede superar los 2.1 millones de espectadores y un 24% de share—, la fidelidad del espectador se ha vuelto mucho más volátil.

El principal culpable es, de nuevo, la fragmentación. El espectador post-informativo tiene el mando en la mano y un universo de opciones a un clic. Si el programa que sigue al telediario no le atrapa en los primeros dos minutos, su viaje hacia Netflix o HBO Max es inevitable. Esto crea lo que podríamos llamar una «cicatriz de audiencia»: una caída abrupta y profunda entre el final del informativo y el inicio del siguiente programa. El simple hecho de compartir canal ya no es un vínculo suficiente para retener al público.

Para combatir esta fuga, la transición entre el informativo y el programa de prime time debe ser impecable y casi imperceptible. Esto implica varias tácticas: primero, una promoción cruzada intensa durante el propio informativo, con el presentador del telediario dando paso directamente al del siguiente programa. Segundo, el contenido de inicio del programa de prime time debe ser explosivo. No hay tiempo para introducciones lentas; hay que lanzar la mejor baza en los primeros 120 segundos. El objetivo es eliminar cualquier microsegundo de duda en la mente del espectador, cualquier tentación de explorar otras opciones. El arrastre ya no se hereda; se lucha por él minuto a minuto.

Cuándo una parrilla humana cura mejor el contenido que la recomendación de Netflix

La gran promesa de las plataformas de streaming es la personalización a través del algoritmo. «Si te gustó esto, te gustará aquello». Sin embargo, esta personalización a menudo conduce a una burbuja de contenido, un bucle infinito de recomendaciones predecibles. Aquí es donde la televisión lineal tiene su gran oportunidad: la curación humana. Un programador de la «vieja escuela», con intuición, conocimiento del contexto cultural y una pizca de audacia, puede crear eventos y secuencias en la parrilla que ningún algoritmo podría concebir.

La curación humana permite sorprender, educar y crear momentos compartidos. Por ejemplo, programar un ciclo de cine de un director poco conocido, un especial temático que conecte con una efeméride o, simplemente, atreverse a colocar un producto arriesgado en una franja inesperada. Estas decisiones, basadas en el instinto y la experiencia, generan una personalidad de canal que crea una lealtad mucho más fuerte que la de un algoritmo impersonal. Canales temáticos de la TDT como FDF, que lidera su segmento con un 2,5% de share, basan su éxito en una curación experta de reposiciones que genera una audiencia fiel y predecible.

Esta flexibilidad humana se ha visto paradójicamente potenciada por la desregulación. Desde la Ley General de Comunicación Audiovisual de 2022, las cadenas españolas ya no están obligadas a comunicar su parrilla con tres días de antelación. Esto permite cambios de última hora para reaccionar a la actualidad o para realizar un movimiento de ‘stunting’ contra un rival. Si bien Telecinco ha sido criticada por abusar de esta táctica, su uso medido es un arma poderosa. Un programador puede detectar una debilidad en la parrilla de la competencia y, en cuestión de horas, colocar un contenido «rompedor». Es una jugada que demuestra que, en esta guerra, la inteligencia y la audacia humanas siguen superando a la fría lógica del código.

Puntos clave a recordar

  • Ataque, no defensa: La contraprogramación moderna no consiste en ofrecer una alternativa pasiva, sino en atacar activamente las debilidades de la parrilla rival.
  • Curación humana > Algoritmo: La intuición y el conocimiento cultural de un programador pueden crear eventos y generar una lealtad que un algoritmo no puede replicar.
  • El directo es el rey: Los grandes eventos en vivo (deportivos o no) son el único territorio donde la televisión lineal mantiene una superioridad absoluta sobre el streaming.

El valor del directo en la TV lineal: por qué los grandes eventos siguen batiendo récords de audiencia

En un mundo de contenido bajo demanda, hay un producto que no se puede pausar, descargar o ver más tarde con el mismo impacto: el directo. El evento en vivo es el último y más poderoso bastión de la televisión lineal. Es la única experiencia mediática verdaderamente colectiva que queda, un ritual que congrega a millones de personas frente a una pantalla al mismo tiempo, generando una conversación social que ninguna serie de Netflix puede igualar en tiempo real. Para un programador, los derechos de un gran evento no son solo contenido, son el arma definitiva.

Las cifras hablan por sí solas. La final de la Eurocopa 2024 entre España e Inglaterra no fue solo un partido; fue un evento nacional que, según el informe de GECA, congregó a 13,6 millones de personas, con un estratosférico 78,7% de share. Este poder no se limita al deporte. Un análisis histórico de Barlovento Comunicación es demoledor: 22 de los 25 programas más vistos en la historia de la televisión en España fueron partidos de la selección. Pero el directo va más allá del fútbol.

Eventos anuales como las Campanadas de Nochevieja, el Sorteo de la Lotería de Navidad o el Festival de Eurovisión demuestran que la necesidad de compartir una experiencia en tiempo real sigue profundamente arraigada. Esta es la gran ventaja competitiva de la TDT. Mientras las plataformas se centran en el consumo individual, la televisión lineal puede y debe posicionarse como la proveedora de momentos colectivos. La estrategia no es solo adquirir y emitir estos eventos, sino construirlos: crear una programación especial antes y después, integrarlos en la identidad del canal y convertirlos en la columna vertebral de la parrilla. En la era de la fragmentación, el directo no es solo valioso; es insustituible.

Las reglas del juego han cambiado, pero la partida continúa. Las tácticas aquí expuestas demuestran que la televisión en abierto no está abocada a un rol secundario. Con estrategia, audacia y un profundo conocimiento del espectador y de las debilidades del rival, es posible no solo sobrevivir, sino dominar. Ahora es el momento de dejar de reaccionar y empezar a diseñar la parrilla como un campo de batalla donde su ingenio es el arma principal.

Escrito por Sergio Navas, Estratega de Audiencias y Marketing Transmedia. Especialista en medición de audiencias (Kantar/Comscore) y convergencia TV-Redes Sociales con 10 años en agencias de medios.